Impulsa conductas de aislamiento
Ahora entiendo porque no me gusta mucho el dinero, a pesar que permite vivir, pero no estar contento. Les adjunto este aruticulo sobre el tema.
Benjamín Chacana Ponce
Publicado en la ed. impresa: Ciencia/SaludSábado 25 de noviembre de 2006
Según un estudio publicado en Science
NUEVA YORK.- Una de las versiones más confortables del sueño americano supone el volverse no sólo rico, respetado y glamoroso, sino que además incluye una pizca de gentileza: ser generoso con el tiempo y el dinero que se tiene. Pero si un artículo publicado en Science puede tomarse como medida de alguna índole, ese impulso de compartir no es algo natural para aquellos que piensan en el dinero, ni siquiera para aquellos que lo hacen a un nivel inconsciente.
Un grupo de psicólogos encontró que el pensar subconscientemente en el dinero impulsa a la gente a volverse más independiente en el trabajo, menos predispuesta a pedir ayuda y también a otorgarla. Quienes participaron del estudio del que se extrae esa conclusión se volvían reacios a ofrecer voluntariamente su tiempo y avaros cuando se les pedía que donaran dinero para una causa valedera.
"Todo el mundo asegura que si tuviera el dinero suficiente, daría más, que haría lo que hizo Warren Buffett", asegura Kathleen D. Vohs, autora principal del estudio, refiriéndose al financista que recientemente donó más de 30 mil millones de dólares a la Fundación de Bill y Melinda Gates.
"Pensamos que era bueno que esa suposición ingresara al laboratorio, para probarla", añade la doctora Vohs, psicóloga en la Escuela de Administración de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.
En un experimento que involucró a 52 estudiantes universitarios, éstos ordenaron frases que se encontraban mezcladas. Un grupo desenmarañó frases que a menudo se referían al dinero, como por ejemplo "pagando un salario alto". Otro grupo resolvió un rompecabezas de palabras que nada tenían que ver con el dinero.
Los investigadores luego hicieron que se aplicaran a resolver un difícil rompecabezas abstracto que desconcierta a la mayoría de la gente y les ofrecieron ayuda a aquellos que la quisieran. Los que habían estado pensando en dinero trabajaron en el problema en promedio más de cinco minutos antes de pedir ayuda, casi un 70% más que el resto.
Al "preparar" pensamientos inconscientes de maneras similares, los investigadores encontraron que los estudiantes que pensaban en dinero, a pesar de que claramente lo hacían de manera autosuficiente, resultaban menos dispuestos a prestar su ayuda que aquellos que no habían sido preparados: dos veces más lentos para ayudar a un compañero confundido frente a un problema léxico. Su contribución también resultó alrededor de dos veces menor cuando se les pidió una donación para ayudar a estudiantes necesitados.
Poner distancia
El hecho de estar pensando en dinero incluso hizo que los estudiantes pusieran -literalmente- más distancia entre ellos y los otros. Cuando se les pidió que ubicaran dos sillas juntas para conocer a otro estudiante, las pusieron a una distancia de alrededor de 120 cm, frente a los 79 de los estudiantes que no habían sido inducidos.
"Sabemos que existe un costado civilizatorio en el dinero, que la gente que actúa de acuerdo a sus intereses personales depende del resto de la comunidad y tiende a tratarla de manera justa", asegura George Loewenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Estados Unidos.
"Pero este estudio muestra su costado pernicioso, cómo la persecución del dinero puede terminar aislándonos", agregó Loewestein.
"Este estudio realmente salió de la nada. No sé si existe algún precedente." En él, los atributos personales de la gente no hicieron gran diferencia. El efecto del dinero en el comportamiento fue tan fuerte en las mujeres como en los hombres, y no cambió de acuerdo a los diferentes contextos culturales de los estudiantes. Las hijas de banqueros poderosos se comportaron exactamente igual que los hijos de plomeros.
"Y ninguno se dio cuenta de que el estudio era acerca del dinero -afirma la doctora Vohs-. Todo era inconsciente."
Por Benedict Carey De The New York Times Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/861962
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